domingo, 18 de octubre de 2015

felicidad en cubitos

¿Desde cuándo la traducción de felicidad se vio en un trozo de papel?
¿Desde cuándo nos hacemos llamar felices por tener más y más dinero?
Me espanto diariamente viendo que nuestro concepto de felicidad se ha ido idealizando con el comercio, la publicidad, la industria y la sociedad; sociedad que cada vez tiene más control en la vida individual de cada persona que compone esta enferma sociedad.
Nos convencieron que la felicidad se ve en televisión y que se basa en tener una bonita casa, un bonito auto, ropa de marca, el último teléfono del mercado, perfumes caros, una buena familia con un buen esposo (que gane buen dinero), y cada vez nos meten más ideas de que la felicidad se trata de consumir y no de obtener.
¿Cuándo dejamos de mirar a la persona que tenemos al frente por mirar una pantalla pixeleada?¿Cuándo los almuerzos familiares fueron reemplazados por zombies tecnológicos actualizando su estado en facebook?
Cuántos empresarios deben creer que tienen la vida y la felicidad comprada, que tienen un buen auto, que viven en una lujosa casa, que sus hijos serán los herederos de aquella fortuna y aquella empresa, pero ¿Son realmente felices?¿En el fondo de su alma sienten la sensación de placer de estar haciendo las cosas bien?¿No les gustaría estar compartiendo su vida con la mujer que aman en vez de una mujer pseudodesconocida con buen cuerpo?

Sentarse bajo un árbol, mirar a los ojos a la persona que amas, tenderse en el césped a mirar las estrellas, reír, amar ¿se puede obtener a través de un absurdo billete?.

La felicidad no es algo que se pueda comprar, la felicidad no son los anuncios televisivos que nos quieren vender.

La felicidad no un stándar que nos puedan imponer. En nuestro concepto individualizado de ser debemos saber que nunca un concepto de felicidad será el mismo en dos personas.

Estamos tan convencidos que la felicidad es aquella que ellos quieren que veamos que ni siquiera nos damos cuenta de lo infelices que hemos llegado a ser, de llenar una vida vacía con absurdos e innecesarios objetos..¿donde quedan las memorias, los recuerdos?


¿somos realmente felices?¿o creemos que lo somos?