Parecía perderme en su mirada, parecía que todo el mundo hubiese desaparecido, excepto.. excepto sus ojos.
Pensé en rodear@ con mis brazos, de manera protectora, de hasta cierto modo, una manera provocadora.
También parecía perderme en sus labios, no podía dejar de mirarlos, hablaba y hablaba y aún así yo no lograba poner atención a nada más que no fuese su boca, su roja y mentirosa boca.
Quien diría que de tal belleza se asomaran las más viles palabras, las más escondidas mentiras, y los más oscuros secretos. Quién diría.