lunes, 25 de mayo de 2015

el homicida siempre vuelve al lugar del crimen

Y podía destruirme, destrozarme, arrancar uno por uno cada pedazo que se iba rompiendo de mí; hacerme explotar, conseguir casi volverme loca; sea como sea, dañarme. Irónico es que después siempre vuelva, cuando ya me ve despedazada en el abismo, a ayudarme, a tratar de conciliar todo el daño, a tratar de reconstruirme pegando con cinta adhesiva cada trozo de mí. Y yo? Yo acepto eso, yo me dejo arreglar, estoy tan dañada que no podría rechazar una ayuda para levantarme, aunque esta mano que se me tienda sea la misma mano que me apuñaló horas antes. Observa el cuadro, tal cual un homicidio, e intenta ayudar, y quizá, está la remota posibilidad que éste esté convencido de que él no fue el victimario. 

1 comentario:

  1. "(...)un cigarrillo o un beso tuyo, lo que me mate primero." genial. Entré y lo que más me gustó fue eso. Muy buena entrada.

    ResponderEliminar