martes, 6 de septiembre de 2016

Lo miré, lo miré y me congelé. Mente bajo 36 grados celsius. Yo estaba fría y su alma estaba ardiendo. Sus labios se movían, mas no decían nada. Sollozó. Lo miré y volví a agachar la vista.
Me tomó la cabeza con su mano, inclinó mi mentón con su dedo índice, buscaba esquivar su mirada, pero fallaba. Me sujeto la cara con ambas manos, nos miramos un par de segundos. Inmóviles mirandonos los ojos, se me desviaron hacia sus labios, y noté su mirada en los míos. Cerré los ojos y sentí una suave caricia en la boca, intenté esquivarla. Pega sus labios junto a los míos y bajo un acto de inercia le respondí. 3 minutos pasaron, apartamos nuestras bocas y me dice "Te amo". Le respondo "Estás confundido"

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