martes, 20 de septiembre de 2016

El sonido que hacía al pisar las hojas secas del suelo me hacía sentir cierto placer y traer al presente algunos asuntos del pasado. Seguí caminando y yo creía que iba sin rumbo, hasta percatarme que un buen viajero nunca lleva destino en los zapatos

miércoles, 7 de septiembre de 2016

deshacer

Y me deshice de la estúpida construcción cultural que le imponen a nuestro cuerpo. Parada, perpleja, a 20 cm de su cuerpo, con la mirada fija y perdida, pensando en dar el primer paso. Junto con la vergüenza me deshice de la toalla que tapaba mi cuerpo, y que ahora yacía en el suelo arrugada entre mis pies. No apartaba su mirada de mí, de mi cuerpo, de mi cabello, de mis ojos, podía sentir la caricia de su mirada. Finalmente me deshice de la duda y mi mirada perdida se transformó en una mirada profunda y llena de deseo y me abalancé sobre él. Me vio de ambas formas, me vio desmaquillada llorando y me vio despeinada sobre él <me vio fallar y follar, y no sé como le gusté más, si cuando me vio proclamándome diosa, o cuando me vio confesándome humana>.

martes, 6 de septiembre de 2016

Lo miré a distancia, yacía su cuerpo en la cama, tendido y rendido. Comencé a acercarme de forma sigilosa, desordené un poco mi cabello y bostecé. Me tendí a su lado y acaricié su boca. Desabroché el primer botón de mi camisa e incité que el siguiera con el resto, acarició mis senos, frágiles y ajenos a la tostadura del resto de mi piel por aquel caluroso dicienbre. Se avalanzó sobre mí y recorrió mis lunares, cerré los ojos.
Lo miré, lo miré y me congelé. Mente bajo 36 grados celsius. Yo estaba fría y su alma estaba ardiendo. Sus labios se movían, mas no decían nada. Sollozó. Lo miré y volví a agachar la vista.
Me tomó la cabeza con su mano, inclinó mi mentón con su dedo índice, buscaba esquivar su mirada, pero fallaba. Me sujeto la cara con ambas manos, nos miramos un par de segundos. Inmóviles mirandonos los ojos, se me desviaron hacia sus labios, y noté su mirada en los míos. Cerré los ojos y sentí una suave caricia en la boca, intenté esquivarla. Pega sus labios junto a los míos y bajo un acto de inercia le respondí. 3 minutos pasaron, apartamos nuestras bocas y me dice "Te amo". Le respondo "Estás confundido"